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dimarts, 11 de desembre del 2012
EL HOBBIT, UN VIAJE INESPERADO, o crónica de cómo me he divertido como un niño otra vez.
Bien, la primera vez que me leí la trilogía de El Señor de los Anillos no era exactamente un niño, tenía unos trece o catorce años, pero el caso es que me los terminé los tres en menos de una semana y me entusiasmaron. Con el Hobbit, en cambio, lo empecé, leí unas veinte páginas… y no lo retomé hasta casi pasado un año. Eso sí, entonces no me duró ni una tarde. Supongo que el Hobbit era un libro más “infantil” que El Señor, más parecido a una fábula clásica de inicio “érase una vez”, y en aquel entonces lo que me pedía el cuerpo eran unas aventuras tan épicas como la de El Señor.
Años más tarde pude ver la versión de la obra del señor Tolkien (me sigo refiriendo Al Señor) hecha en 1978 por Ralf Bakshi. A pesar de tratarse de una animación muy básica (sobre todo comparada con la actual) siempre he pensado que es una adaptación muy lograda, sobre todo de la primera parte de la historia.
Ya en el 2001 Peter Jackson presentó la primera parte de su adaptación cinematográfica de los tres libros, La Comunidad del Anillo, Seguida por Las Dos Torres (2002), y por El Retorno del Rey (2003). No soy imparcial al valorar estas películas, considero que, quitando las pequeñas licencias que el director se permitió, son una adaptación magnífica de los libros. Maravillosas. Me cuesta encontrarles defectos, y seguro que los tienen, pero insisto, soy parcial, adoro todo lo relacionado con JRR Tolkien y considero que estos filmes no desmerecen en absoluto a su obra.
Y ahora, casi diez años más tarde, después de muchas dificultades, Peter Jackson retoma a algunos personajes de El Señor de los Anillos y nos muestra el primer filme de lo que será su nueva trilogía inspirada en el universo imaginado por el profesor Tolkien, El Hobbit, un viaje inesperado.
Antes de verla tenía algunas dudas respecto a esta película, la primera de ellas, que Jackson haya decidido convertir en tres películas un libro que ocupa apenas un tercio de las páginas que conformaban El Señor. Había oído comentar que aprovecharía algunos fragmentos de otras obras de Tolkien como El Silmarilion, Los cuentos inconclusos, las películas previas o que en su defecto simplemente añadiría cosas de su propia cosecha. Y lo ha hecho.
En El Hobbit nos reencontramos con el Bilbo anciano interpretado por Iam Holm en la trilogía original, con Frodo (Elijah Wood), Gandalf (Ian McKellen), Gollum (Andy Serkis), Galadriel (Kate Blanchett), Saruman (Christopher Lee) o Hugo Weaving (Elrond).
Algunos de ellos tienen apariciones muy breves, y, muchas veces, su participación guarda poca o ninguna relación con el libro original ¿eso es un problema? Para mi (que pensaba, antes de ver el filme, que podría serlo) desde luego que no. Sir McKellen sigue haciendo un Gandalf inmenso, irónico, insuperable. Kate Blanchett está aún mas bella y majestuosa que en las películas previas ¡sí hasta parece más joven! Y Christopher Lee, con poco que haga, sigue siendo una presencia a tener en cuenta. Si en el primer film criticaba el gusto del mago gris por la “hierba de los medianos” aquí no se abstiene de mencionar… ciertas setas.
Martin Freeman, que se ha hecho bastante famoso en los últimos tiempos por su participación en la serie británica Sherlock lleva bien el peso del personaje principal, aunque a veces no está uno seguro de sí es el joven Bilbo el que está alucinando con la aventura que está viviendo… o el actor que lo interpreta al verse en medio de esta gran superproducción.
Me gustaría destacar la inclusión de un personaje de las novelas de Tolkien que en los libros apenas si tiene una mención de pocas líneas, Radagast el pardo, uno de los cinco magos de la orden a la que pertenece Gandalf. Cuando leí que este personaje iba a ser empleado confieso que no me convenció la idea. Pero Peter Jackson aprovecha las cuatro pinceladas que otorgó Tolkien a Radagast para crear, mediante la actuación de Sylvester McCoy, a una especie de eremita chiflado amante de los animales… y de las setas que me ha robado el corazón. Estoy convencido de que este personaje será visto como uno de los aciertos de la película por parte de los aficionados.
En algunos tramos el filme, sin alejarse nunca de la línea que marca la novela, la altera y amplía para conseguir magnificar la trama, las imágenes, en fin, todo. Pero si nos hacemos a la idea de que la película no adapta tanto al libro como que está inspirada en él entonces todo encajará en nuestra cabeza. Eso sí, la icónica escena en la que Bilbo se encuentra por primera vez con Gollum es tal y como cualquiera que la haya leído la habrá visto en su propia mente, perfecta. Sólo queda cogerse fuerte el sombrero y disfrutar del viaje.
Una única cosa me preocupa: La película dura unas dos horas y media ¿de verdad tiene Peter Jackson suficiente material para mantener esta calidad durante dos filmes más? Espero de todo corazón que sí. El niño que todavía vive dentro de mi está contando los segundos que faltan para poder descubrirlo.
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